San Silvestre Ipar Krossa 2011
Tenía ya ganas de conocer las carreras populares y como había
guardado algunos días de vacaciones, estuve en Portugalete prácticamente 2
semanas por navidades así que correr la "San Silvestre" de Rekalde
(Bilbao) parecía encajar bastante bien, para ello, trate de prepararme un poquillo
para ella durante las 2 semanas anteriores.
Además, Olentzero dejó en mi casa unas zapatillas de
correr mas o menos majas, así que nada mejor que la esa carrerita de 6 km para
probarlas y trotar con mas gente.
Estuve corriendo 7km por el bidegorri de Portugalete
hacia Somorrostro las semanas anteriores y la verdad es que me encontraba
bastante cómodo con el nuevo calzado y con la distancia para hacerla mas o
menos por debajo de los 5 min el km, y al final así es como fue pero con algún
matiz que voy a explicar.
El día 30 de diciembre fuimos a casa de Fernan que se
había roto el tendón de Aquiles en un partidillo de futbol sala que habíamos
organizado para el día 24, y allí, con él comí un trocito de un pastel de
hongos que Edu había preparado... Muy rico pero en mala hora, después me enteré
que llevaba nata y creo que esto fue lo que hizo que mi intolerancia a la
lactosa me postrase ante el wáter prácticamente toda la noche del 30 al 31, esto creo que bien no me pudo ir para la carrera del día siguiente.
Me levante de la cama con serias dudas de mi participación pero a medida que pasaban las horas me encontraba mejor, así que
finalmente decidí participar.
Después de comer algo de arroz blanco, a la vuelta de
urgencias donde estuve toda la mañana con mi hijo pequeño que andaba con fiebre
por gripe, nada grave pero que me hizo estar toda la mañana en el hospital, baje al metro, donde había
quedado con Jose Mari y allí junto con Verónica, la prima de mi mujer, y su
marido Alfredo fuimos a Bilbao, nosotros a la carrera y ellos a un gran almacen con nombre de el corte una de las naciones de las islas británicas, allí, en el metro, comentamos como haríamos la carrera el tiempo objetivo etc. No hablamos
de las rampas del recorrido ni de como tenia que repartir las fuerzas y creo
que me hubiese ido bien.
Y ahí estaba yo, junto Jose Mari, toda una runstar, a la
que saludaba todo el mundo, cambiándome y preparándome para salir corriendo,
medirme un poquito y ver si ese trabajo que llevaba 3 meses haciendo con sus
salidas nocturnas por el monte con el frontal encendido asustando a los animales,
daba algún fruto.
Ya en el calentamiento me di cuenta de que era bastante
novato en aquel asunto, o quizás el hecho de ir con Jose, que después se encontró
con Aitor (otro bruto del asunto que nos comento como su entrenador le había estado poniendo trabajo, el cual me indicó que no me obsesionase…)
Y ahí estaba… dando saltitos debajo del puente del puente
de la autovía en Rakalde, dispuesto a salir a ver de que iba ese asunto… fue la
primera vez que noté que los últimos 5 minutos en una salida de estas cosas son,
al igual que los minutos de espera a la puerta de un baño publico en una situación
apurada o los que se dan en la sala de espera del dentista, mas lentos de lo
normal y demuestran la relatividad del tiempo.
La carrera fue curiosa, mucha gente en la salida (es lo
que tiene salir por atrás) con el peligro que esto conlleva en las carreras urbanas, bordillos de aceras, bancos, semáforos, farolas pivotes, todos ellos ocultos tras
la maraña de gente, de hecho en el primer kilómetro estuve a punto de comerme
una señal de trafico.
Una vez que se estiró la carrera tras ese primer kilómetro, el poder disponer de algo mas de espacio por delante y mi propia inexperiencia
hizo que los siguientes 2 kilómetros subiese mucho el ritmo, demasiado, por encima del que
me hubiese venido bien, como luego me comentó Jose Mari, en esos 2 km gaste lo
que se puede llamar como el combustible extra, lo que en la formula 1 podría
ser el “kers” que según me han comentado (y he verificado después) es algo de
lo que se dispone una sola vez por carrera y que hay que conservar, a ser
posible, para el final o para las rampas mas duras del recorrido.
Y ¿Qué es lo que me ocurrió? pues efectivamente, cuando
llegaron las rampas del recorrido (que yo desconocía) me entró una pájara
importante, bajé muchísimo el ritmo, por debajo de mi ritmo habitual, incluido
el que tenía subiendo las rampas que hay en el sitio donde vivo, que no son
pocas, y me costó mucho llegar a la parte final de la subida, donde por cierto
estaba Mario, un amiguete de la organización que hizo lo que pudo para
animarnos, bueno, animarme por que mi compañero de la batalla pasaba por allí sin
un rasguño frente a la imagen que posiblemente podía tener yo al paso por ese lugar de
haber sufrido una dura pelea.
Finalmente conseguí, animado por Jose, completar la
subida, y durante la bajada siguiente recuperar las suficientes fuerzas como
para llegar a la meta con dignidad y haciendo un pequeño sprint que, si, todo
hay que decirlo, empecé demasiado pronto y se convirtieron mas bien en dos mini
sprints de 100 metros, uno faltando 400 y otro en los últimos 100, con ese
hueco en medio y el consiguiente aviso a mi liebre de que habíamos sido
demasiado optimistas iniciándolo en aquella distancia de la meta.
Llegada
Llegue a la meta, bastante roto, con pocas fuerzas y muy
alto de pulsaciones, las circunstancias con el tema del pastel con nata del día
anterior, el hecho de haber tenido que pasar toda esa mañana con mi hijo menor
en urgencias por fiebre alta (nada grave pero allí de pié toda la mañana) y sobre
todo la inexperiencia en este tipo de eventos ayudaron a que no hiciese la
marca que creo que estaba preparado para hacer y no pude bajar de 5 min/km, que
por otro lado me parece que en aquel momento no estaba mal para mi y que además
se acercó bastante al objetivo que me había marcado.
Como conclusión, me gustaría guardar la sensación,
antes de empezar, durante la carrera y al final de la misma de estar en un lío muy bonito, divertido y rodeado de gente que se junta para practicar deporte de
forma no agresiva, en definitiva, un tema que hace que el buen rollito se palpe
en todo momento… o por lo menos eso me pareció a mi que no iba a competir por
los premios ni nada por el estilo, donde supongo que, seguramente, el ambiente
se enrarecerá mas.
Esta carrera fue una motivación extra que me incitó a
aumentar el ritmo, la distancia y la frecuencia de entrenamientos que durante
los siguientes 3 meses fueron creciendo a buen ritmo (salvando alguna gripe por
medio) hasta la siguiente carrera que fue la legua memorial Txikito de Arruitz,
en Lekunberri.
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