miércoles, 16 de enero de 2013

X Media Maratón Martín Fiz


A la Media Maratón Martin Fiz no tenía pensado ir ni por asomo cuando comencé a trotar 8 meses atrás, de entrada no me creí realmente capaz de terminarla hasta mas o menos el mes anterior, abril, cuando ya hice alguna tirada mas larga y vi que aguanté bien, precisamente la peripecia del túnel con Jose Mari; no obstante la gente con la que hablaba de este lio me animó a apuntarme, tanto Jose Mari como Edu como Pello, que cada uno de ellos había hecho alguna, me confirmaron que estaba listo así que me apunté para ver que tal.

Camiseta del evento

En esta ocasión solo convencí a Pello por que Jose Mari y Edu llevaban tiempo preparando la Maraton y la tenían entre ceja y ceja, a Pello simplemente le cuadró bien por que a la de Pamplona, que era la que quizás hubiese preferido, le era imposible por que se iba de viaje a una feria a las Vegas.
En esta ocasión el plan era ir a Portugalete el viernes a pasar allí el fin de semana y que el domingo Jose Edu y yo iriamos juntos a Vitoria y Pello desde Pamplona; después vendrían las chicas y alguno mas de la cuadrilla y pasaríamos el día en vitoria donde Monica, que vive en vitoria (una amiga) nos había reservado para comer en un garito y tal.

Y así mas o menos fue, el viernes quedamos en Vitoria para recoger los dorsales Jose Edu y yo, también vino Fernan y terminamos tomando una cañita en el casco de Vitoria, el sábado fue un día tranquilito aunque al final nos encontramos todos en un bar de Portugalete y terminamos tomando otra cervecita… no cero que sea la mejor preparación previa a una carrera, pero tampoco hay que volverse del todo locos… un poco si, pero no del todo.

La mañana del domingo era fría, y mas a las 6:30 que era la hora a la que habíamos quedado para ir a vitoria; quedamos en la parada del metro de Portugalete y allí nos encontramos con unos cuantos que estaban terminando la noche de juerga y esperaban que abriese el Vaporetto (el mítico bar) para desayunar. Sin pararnos a pensar en que eso mismo lo habíamos hecho nosotros unas cuantas veces, salimos para Vitoria bebiendo cada uno sus bebidas isotónicas para estar bien hidratados, lo que provocó la parada a mitad de camino a evacuar, y no fue solo esa vez, entrando en Vitoria tuvimos que volver a parar, esta vez únicamente para que yo volviese a evacuar, era una mezcla de nervios, ansiedad y sobrehidratación, y repito, no sería la última vez antes de empezar

Llegamos a Mendizorroza, el campo del Alavés, y en su parking dejamos el coche para cambiarnos en el polideportivo que hay allí que era el oficial de la carrera, allí vendría después también Pello algo mas tarde ya medio cambiado.

Edu comenzó en el vestuario con su ritual provocado por su ansiedad, el que le conozca, ya sabrá que se trata de un tipo eléctrico que desprende energía a tope y así es como estaba en el vestuario, super inquieto, poniéndose sus pomadas y con muchas ganas de empezar… tantas ganas que ni me esperaron, se cambiaron y mientras yo esperaba a Pello se largaron, lo que por otro lado nos dejó mas tranquilos a Pello y a mi que íbamos a ir a otro ritmo.

Una vez que Pello se terminó de cambiar, hicimos los aproximados 1,5 km hasta la salida trotando para calentar, con la pertinente paradita de nuevo a evacuar, y por fin nos colocamos en la parte trasera de aquella marabunta de gente con las pulsaciones a tope en aquella mañana fresca pero soleada… y listos ya!

Fueron mis primeros 21 km y la mayoría de ellos los hice con Pello que ya tenía experiencia, los primeros muy muy agusto, sin ninguna pega, con el ritmo que me marcaba pello alrededor de los 5 min/km, guardando fuerzas y con buenas sensaciones hasta mas o menos el km 15 que empezó a molestarme el tobillo, nada grave pero estuvo ahí hasta el final.

con Pello por el km 10

Alrededor del km 17 le comenté a Pello que me encontraba con fuerzas y que quería probar a forzar un poco el ritmo si no le importaba, y eso es lo que hice, arranque algo mas fuerte solo y desde ahí fui aumentando el ritmo progresivamente llegando a meta mu muy fuerte, prácticamente esprintando el último medio kilómetro y sobre todo, con unas sensaciones alucinantes, a punto de soltar alguna lagrimilla que estuve y todo mira tu.

Terminé la verdad es que muy cómodo en 1 :42:59 (tiempo particular) y Pello la hizo en 1 :45:20

Mi llegada a meta

Por su parte Edu y Jose hicieron la Maratón completa en escasas 3 horas 3:01, una animalada, Edu sufrió bastante, según comentó en el km 35 le dió un pinchazo de ciatica que le molestó el resto de la carrera.

Edu y Jose llegando

Después de esto, justo 5 minutos después de llegar, aparecieron por allí Ali y los chicos, una pena para ellos, llegaron un pelin tarde pero reconozco que la logística fue complicada con los dos pequeños.

Estuvimos un rato en la meta con algún amigo por allí, nos fuimos a duchar y de ahí a comer a un bar en al casco de Vitoria por donde estuvimos haciendo algo de turismo durante el resto del día.

Con algún amigo

Una vez mas había sido un día estupendo de carreras, algo estresante para Ali con los dos pequeños a la que le agradezco un motón el esfuerzo y los que hizo también después de esta carrera... y espero que los que le quedan.

La sensación que aquel día me quedo fue que había llegado demasiado entero y que podría haberlo hecho en menos tiempo... este fue uno de los motivos para que al día siguiente me apuntase a la media maratón de Donosti, calentado por Ramón e Iñaki, que se celebraría a penas dos semana después.



martes, 8 de enero de 2013

Leitzako Herri Krossa 2012


El 21 de abril de 2012 fuimos a la Herri Krossa de Leitza de 10 Km, y digo fuimos no en plural mayestático, digo fuimos por que de nuevo lié a varios amiguetes para ir a la carrera, a Ramón le lié bastante fácilmente, al final él solo tenía que acercarse desde Hondarribia y a una mala haría la carrera y se marcharía a casa, por supuesto eso no iba a ocurrir, mucho menos siendo la carrera en sábado y jugando ese mismo día el Barça contra el Madrid, por supuesto que se quedó en casa a ver el partido (él y su pareja Lorena) y no se pudieron quedar a dormir por que al día siguiente tenían que preparar una oferta o algo así de trabajo.
Pero claro, no fueron los únicos a los que lié al evento, convencí a Jose Mari para que participase y que viniesen a pasar el fin de semana él, su pareja y finalmente se apuntó también Bittor (otro buen amigo) que solo vino de visita, no a la carrera.

Así que, con estos ya teníamos 3 participantes en la carrera, pero no, de nuevo no fueron los únicos a los que lié para la carrera, a mi amigo Pello, también le metí en canción, para él también sería una etapa en la preparación para la media maratón de Matín Fiz del siguiente 6 de mayo a la que iríamos juntos.

Por lo tanto estábamos un equipazo de 4 korrikolaris que de una forma u otra habíamos estado preparando la carrera, mas bien como una carrera de preparación para otras pero que nos iba muy bien a todos y que por otro lado parecía, a priori, un buen plan para un fin de semana de abril, sin otra cosa mejor que hacer.

Pues bien, en lo que a mi respecta, ese mes de abril ya estaba entrenando en ritmos interesantes, cercanos a los 5:10 min/km y quería probarme con Jose Mari a ver si era capaz de hacer los 10 km por debajo de 45 minutos (a 4:30 el Km), además, también quería hacer una tirada mas larga, que por primera vez rebasase la hora y media, y eso era lo que teníamos previsto para el día siguiente a la carrera Jose y yo, él por su parte para preparar la maratón Martin Fiz.

Equipazo

El día de la carrera no paró de llover durante toda la jornada, y llovía en serio, pero eso no fue un problema para dejar de ir a correr, tuvimos la suerte de que durante la carrera, la lluvia cayó pero no tan intensamente como lo había hecho durante la mañana.
La carrera era un circuito urbano de 2.5 km al que había que dar 4 vueltas y contaba con un repecho muy corto pero muy inclinado en una zona industrial a la salida del pueblo que, en la revisión del circuito que se podía hacer por la web no podía apreciarse y que fastidiaba bastante el ritmo.
Otro problema añadido que me encontré fue otra novatada, decidí correr en pantalón corto sin mallas o culotes como lo había estado haciendo hasta entonces… primera y última vez (hasta el momento)  al poco rato de salir comencé a notar las rozaduras que una pierna con la otra se estaban haciendo y que me hizo terminar con unas llagas importantes.
En cualquier caso eso no nos hizo bajar el ritmo que teníamos por objetivo, comenzamos en ritmo de 4:30 y Pello, que a pesar de que quizás podría estar cerca de ese ritmo, no se fiaba y hacía caso a lo que le decía su pulsometro (aparatos del demonio) al primer kilómetro decidió aflojar para llegar a la meta en 47:52 (a 4:42 KM) que según él comentó, en ese momento suponía su mejor tiempo.
Por su parte Ramón salió más concienciado de llevar su ritmo, que entonces estaba en 5 min KM y así lo hizo de principio a fin terminando en escasos 50 min la carrera, según comentó, ayudado por un compañero de viaje casual que también iba a ese ritmo y con el que hizo toda la carrera.

                                                                 Ramón & Friend

Jose Mari se limitó a marcarme el ritmo y terminó la carrera conmigo en 45:07, mas o menos en según el plan, si bien he de reconocer que llegué bastante justito y en la recta final me pasaron un par… con lo que eso molesta…
De nuevo Ali y los chicos (Los peques, Judith y Bittor) no pudieron llegar a tiempo para que les dejasen entrar a ver la llegada, nos los encontramos en la zona de la subida fuerte y además de saludarles, Jose Mari que iba fresco llevó un rato a Aitzol en los brazos, fue un momento muy bonito.



Tras la carrera, Pello no quiso quedarse a ver el partido (se fue a cumplir con su familia) y Ramón Jose y el resto nos fuimos a ver el partido a Etxatoa y a cenar después.
Al día siguiente Jose Mari y yo fuimos a buscar mi coche que lo habíamos abandonado allí estratégicamente para ir a recogerlo corriendo por una vía verde que va desde Lekunberri hasta Leiza.

Fuimos bien pronto a buscarlo, por suerte ya no llovía y mis llagas, tras un tratamiento a base de una pomada de cortisona, no molestaban lo suficiente para impedirme correr.
A pesar de no formar parte de ninguna carrera quiero escribirlo por que fue una verdadera experiencia.

Para llegar a Leitza desde Lekunberri por la vía verde había que atravesar un túnel de 2,7 km que se encendía a medida que se iba avanzando, este túnel estaba inundado en algunos tramos y cuando llegamos aproximadamente a la su mitad, la luz que debía encenderse falló y nos encontramos Jose y yo abrazados, con los pies calados y escuchando los ruidos del agua que caía como si en el siguiente paso que diésemos hubiera a haber un pozo de 20 metros… vamos, toda una peripecia que por supuesto algún día repetiremos.



Fueron dos días de mas de 30 km corriendo, contando con los 10 de la competición, un gran recuerdo que hizo que un fin de semana frió lluvioso y feo, se convirtiese en un divertido evento lúdico social.

Está fue la última competición que hice antes de mi primera media maratón, la de Maratón Martín Fiz del mes de mayo.

viernes, 4 de enero de 2013

Memorial Txikito de Aruitz 2012


Pasaron casi tres meses hasta la siguiente carrera, los meses de enero, febrero y parte de marzo, la parte mas dura para entrenar, todo invierno, que en plena sierra de Aralar, se hace duro y mas entrenando por la mañana como es mi caso, no obstante el chute que me pego la San Silvestre me animo lo suficiente para darle una vuelta mas a los entrenos, aumentando un poco mas las distancias los ritmos y las frecuencias.

Esos meses de enero y febrero, estuve entrenando algún fin de semana con mis amigos etíopes Jose Mari y Edu, y por primera vez sobrepasé la hora de entrenamiento en dos tiradas algo mas largas de 13 y 14 km, con sus sabios consejos iba “progresando adecuadamente” y ya entrenaba en ritmos de alrededor de 5:20 min/km por mi zona repleta de rampas.

Salvo un par de semanas que anduve fastidiado por la gripe durante el mes de febrero, la cosa fue mejorando y el plan para esta carrera se planteó (lo plantee) muy interesante.

Por un lado convencí (muy fácilmente la verdad) a Edu para que se viniese a hacernos una visita ese fin de semana con la familia (Cris y Uxue) y aprovechar así la casualidad de que estaban por aquí para participar en la carrera (¡que casualidades!), Edu, que por cierto estaba preparando junto con Jose Mari la maratón de Martin Fiz de mayo, iba ya como un tiro.

Por otro lado, uno de los días que fui con Ali y los pequeños a un centro comercial que hay cerca de Donosti (creo que a  comprar las zapatillas del Olentzero), nos encontramos por casualidad con Lorena, la novia de mi amigo/primo Ramón, del pueblo de mi padre, que trabajaba en Donosti y vivía, por aquel entonces en Hondarribi.

En ese encuentro fortuito, nos explico que Ramón estaba entrenando y se había puesto a correr de forma habitual, vamos que estaba volcado en ese asunto, así que, si quería quedar con él para ir a correr que le parecería perfecto… y efectivamente eso fue lo que hice, retomé la relación con él, que ciertamente estaba un tanto estancada limitándose a uno o dos encuentros al año, a pesar de que vivíamos a media hora, con la escusa de que teníamos que ir a corre juntos, y también quedé con él para participar juntos en esta carrera.

Con lo que por un lado venían Edu y familia y por otro Lorena y Ramón, así que sin querer había montado (sin decirle demasiado a Alicia) todo un evento lúdico festivo alrededor de la carrera, que creo que disfrutamos todos (los que corrían algo mas que las que llevaban la logística, y se lo agradecimos).

Los korrikolaris

En cuanto a lo puramente relacionado con la carrera, pues la verdad es que también muy bonita, se trata de una carrera de a penas 6 km que parte y llega a Lekunberri con una subida de mas de 1 km del 12%, vamos, dura dura.

En esta ocasión no me iba a pasar como la vez anterior y el fin de semana anterior, me las apañé para ir a trotar por el recorrido para conocerlo y saber a que me enfrentaría… lo que estuvo bien, pero la carrera no fue ni parecida a ese test.

La cosa es que a Edu le apeteció salir también a correr un "ratito" el día anterior por el monte por donde solía entrenar yo, y así además de conocer el sitio por donde iba, muy bonito por cierto, estiraba un poco las piernas antes de la carrera, o como el decía, “quitar un poco las telarañas”… gran error por mi parte acompañarle, gaste parte de la gasolina que eché en falta el día siguiente.

Pues bien, he de explicar que estas carreras minoritarias, en pueblos alejados de las grandes ciudades, suelen propiciar que los que a ellas se apuntan, sean gente muy bien preparada, con lo que, a pesar de haber no muchos participantes, suelen ser muy rápidos y competitivos… y eso fue lo que allí nos encontramos, Ramón que vino justo poco antes de la carrera, estaba un tanto acongojado con la idea de quedar último, repetía una y otra vez que le daba igual quedar último y que iba a disfrutar igual… un poco para auto convencerse, al final no quedó último ni de lejos y disfruto como un enano mejorando todos sus tiempos de carreras anteriores de distancias similares… a pesar de la súper rampa.

Y en lo que a mi respecta, pues después de haber “trotado” el día anterior y de hacer pipi como 4 o 5 veces antes de salir, fui detrás de Edu todo el rato, empezando a 4 min el km (por encima de mi ritmo de entonces) los 2 km iniciales hasta que le dije que iba fuera de mi ritmo y aflojó un poco, ese hecho, otra vez, propició que quemase ese “trubo bost” o “kers” a las primeras de cambio y, otra vez, cuando llegó la rampa fuerte, volví a quedarme sin gasolina y toco sufrir bastante para llegar arriba, y eso que a Edu le faltó empujarme… pero bueno, una vez arriba, recuperé el resuello y conseguí terminar de forma mas o menos digna los últimos 2 km.

Al final carrera a 4:34 el km de media, que por aquel entonces para mí estuvo muy bien, de hecho rebajar aquello ha sido bastante complicado en adelante, si bien es verdad que las distancias en competición en general han ido a más.

Enlace a la estadística de mi carrera.

Edu por su parte se cansó mas de animarme a mi que de la propia carrera.

Edu animando

Tras esto, nos fuimos todos a comer a mi casa y como anécdota está el hecho de que las chicas no pudieron venir a ver la carrera por un problema logístico con las sillitas de los niños, llegaron diez minutillos tarde, pero teniendo en cuenta todo el esfuerzo que hicieron para ir, no se lo pudimos reprochar.

Esta carrera nos puso en sintonía para la Leizako Herri Krossa, que ya fue de 10 km un mes mas tarde y para la que también monté un sarao con amiguetes.

miércoles, 2 de enero de 2013

San Silvestre Ipar Krossa 2011


San Silvestre Ipar Krossa 2011

Tenía ya ganas de conocer las carreras populares y como había guardado algunos días de vacaciones, estuve en Portugalete prácticamente 2 semanas por navidades así que correr la "San Silvestre" de Rekalde (Bilbao) parecía encajar bastante bien, para ello, trate de prepararme un poquillo para ella durante las 2 semanas anteriores.

Además, Olentzero dejó en mi casa unas zapatillas de correr mas o menos majas, así que nada mejor que la esa carrerita de 6 km para probarlas y trotar con mas gente.
Estuve corriendo 7km por el bidegorri de Portugalete hacia Somorrostro las semanas anteriores y la verdad es que me encontraba bastante cómodo con el nuevo calzado y con la distancia para hacerla mas o menos por debajo de los 5 min el km, y al final así es como fue pero con algún matiz que voy a explicar.

El día 30 de diciembre fuimos a casa de Fernan que se había roto el tendón de Aquiles en un partidillo de futbol sala que habíamos organizado para el día 24, y allí, con él comí un trocito de un pastel de hongos que Edu había preparado... Muy rico pero en mala hora, después me enteré que llevaba nata y creo que esto fue lo que hizo que mi intolerancia a la lactosa me postrase ante el wáter prácticamente toda la noche del 30 al 31, esto creo que bien no me pudo ir para la carrera del día siguiente.
Me levante de la cama con serias dudas de mi participación pero a medida que pasaban las horas me encontraba mejor, así que finalmente decidí participar.

Después de comer algo de arroz blanco, a la vuelta de urgencias donde estuve toda la mañana con mi hijo pequeño que andaba con fiebre por gripe, nada grave pero que me hizo estar toda la mañana en  el hospital, baje al metro, donde había quedado con Jose Mari y allí junto con Verónica, la prima de mi mujer, y su marido Alfredo fuimos a Bilbao, nosotros a la carrera y ellos a un gran almacen con nombre de el corte una de las naciones de las islas británicas, allí, en el metro, comentamos como haríamos la carrera el tiempo objetivo etc. No hablamos de las rampas del recorrido ni de como tenia que repartir las fuerzas y creo que me hubiese ido bien.

Y ahí estaba yo, junto Jose Mari, toda una runstar, a la que saludaba todo el mundo, cambiándome y preparándome para salir corriendo, medirme un poquito y ver si ese trabajo que llevaba 3 meses haciendo con sus salidas nocturnas por el monte con el frontal encendido asustando a los animales, daba algún fruto.

Ya en el calentamiento me di cuenta de que era bastante novato en aquel asunto, o quizás el hecho de ir con Jose, que después se encontró con Aitor (otro bruto del asunto que nos comento como su entrenador  le había estado poniendo trabajo, el cual me indicó que no me obsesionase…)

Y ahí estaba… dando saltitos debajo del puente del puente de la autovía en Rakalde, dispuesto a salir a ver de que iba ese asunto… fue la primera vez que noté que los últimos 5 minutos en una salida de estas cosas son, al igual que los minutos de espera a la puerta de un baño publico en una situación apurada o los que se dan en la sala de espera del dentista, mas lentos de lo normal y demuestran la relatividad del tiempo.

La carrera fue curiosa, mucha gente en la salida (es lo que tiene salir por atrás) con el peligro que esto conlleva en las carreras urbanas, bordillos de aceras, bancos, semáforos, farolas pivotes, todos ellos ocultos tras la maraña de gente, de hecho en el primer kilómetro estuve a punto de comerme una señal de trafico.

Una vez que se estiró la carrera tras ese primer kilómetro, el poder disponer de algo mas de espacio por delante y mi propia inexperiencia hizo que los siguientes 2 kilómetros subiese mucho el ritmo, demasiado, por encima del que me hubiese venido bien, como luego me comentó Jose Mari, en esos 2 km gaste lo que se puede llamar como el combustible extra, lo que en la formula 1 podría ser el “kers” que según me han comentado (y he verificado después) es algo de lo que se dispone una sola vez por carrera y que hay que conservar, a ser posible, para el final o para las rampas mas duras del recorrido.

Y ¿Qué es lo que me ocurrió? pues efectivamente, cuando llegaron las rampas del recorrido (que yo desconocía) me entró una pájara importante, bajé muchísimo el ritmo, por debajo de mi ritmo habitual, incluido el que tenía subiendo las rampas que hay en el sitio donde vivo, que no son pocas, y me costó mucho llegar a la parte final de la subida, donde por cierto estaba Mario, un amiguete de la organización que hizo lo que pudo para animarnos, bueno, animarme por que mi compañero de la batalla pasaba por allí sin un rasguño frente a la imagen que posiblemente podía tener yo al paso por ese lugar de haber sufrido una dura pelea.

Finalmente conseguí, animado por Jose, completar la subida, y durante la bajada siguiente recuperar las suficientes fuerzas como para llegar a la meta con dignidad y haciendo un pequeño sprint que, si, todo hay que decirlo, empecé demasiado pronto y se convirtieron mas bien en dos mini sprints de 100 metros, uno faltando 400 y otro en los últimos 100, con ese hueco en medio y el consiguiente aviso a mi liebre de que habíamos sido demasiado optimistas iniciándolo en aquella distancia de la meta. 

Llegada

Llegue a la meta, bastante roto, con pocas fuerzas y muy alto de pulsaciones, las circunstancias con el tema del pastel con nata del día anterior, el hecho de haber tenido que pasar toda esa mañana con mi hijo menor en urgencias por fiebre alta (nada grave pero allí de pié toda la mañana) y sobre todo la inexperiencia en este tipo de eventos ayudaron a que no hiciese la marca que creo que estaba preparado para hacer y no pude bajar de 5 min/km, que por otro lado me parece que en aquel momento no estaba mal para mi y que además se acercó bastante al objetivo que me había marcado.

Como conclusión, me gustaría guardar la sensación, antes de empezar, durante la carrera y al final de la misma de estar en un lío muy bonito, divertido y rodeado de gente que se junta para practicar deporte de forma no agresiva, en definitiva, un tema que hace que el buen rollito se palpe en todo momento… o por lo menos eso me pareció a mi que no iba a competir por los premios ni nada por el estilo, donde supongo que, seguramente, el ambiente se enrarecerá mas.

Esta carrera fue una motivación extra que me incitó a aumentar el ritmo, la distancia y la frecuencia de entrenamientos que durante los siguientes 3 meses fueron creciendo a buen ritmo (salvando alguna gripe por medio) hasta la siguiente carrera que fue la legua memorial Txikito de Arruitz, en Lekunberri.